martes, 2 de febrero de 2010

"Aguas heladas" - Gisa Klönne



En esta ocasión cambio un poco de tercio: de las frías tierras nórdicas bajo a las no menos frías tierras germanas, para hablaros de la última novela que he leído: "Aguas heladas" de Gisa Klönne.

La verdad es que, cuando lo vi en una librería, pensé que era novela negra nórdica: el nombre de la escritora, para los neófitos como yo, lo mismo podía ser sueco, que noruego, que alemán. Y la portada, con algo que parece una montaña de hielo, más recuerda a las frías aguas del Norte que a las alemanas.

Luego lo encontré en la biblioteca, entre las novedades y no pude resistirme a él...





Gisa Klönne

La alemana Gisa Klönne nació en 1964. Trabajó como editora de varias revistas alemanas y como periodista freelance. Publicó varios relatos policíacos en diferentes revistas, hasta que dio el salto a la novela. Son ya seis las novelas que ha publicado en su país, aunque en España, de momento, sólo podemos disfrutar de "Aguas heladas". Ésta es la tercera novela que tiene como protagonista a la inspectora de policía Judith Krieger.


Argumento

Johny, un niño de catorce años y su perro desaparecen de un campamento de indios en el que se encontraban pasando el fin de semana con su padrastro. Manny será el policía encargado de investigar la desaparición, tarea harto difícil porque no hay ninguna pista.

Por otro lado, su otrora compañera en la policía, Judith Krieger, se encuentra de vacaciones, cerca ya de reincorporarse a la KK-11, la unidad de homicidios de la policía de Colonia. Un antiguo compañero de colegio le pide ayuda para encontrar a Charlotte, también compañera, con la que ha seguido manteniendo amistad, que se fue a Canadá por unos meses y, expirado el plazo de vigencia de su visado, no ha vuelto ni hay manera de ponerse en contacto con ella.



Datos técnicos

La novela se ha publicado por Maeva en el año 2009, si bien fue escrita en el año 2006.

Su ISBN es el 9788492695041.

Tiene 348 páginas y cuesta 19,50 euros.



Impresiones

Esta novela es la tercera que de una saga protagonizada por Judith Krieger, inspectora de policía de Colonia (Alemania). Los casos son independientes, se abren y cierran en cada novela. El problema es que los personajes principales -los policías- son los mismos y me he encontrado, desde las primeras páginas de la novela, con múltiples referencias a algo horrible que había pasado hacía poco tiempo -en la novela anterior, deduzco- que puso patas arriba la vida tanto de Judith como de su compañero Manni. Se refieren continuamente a la muerte de un compañero suyo, llamado Patrick que a ambos parece que les ha provocado remordimientos de conciencia. No es que sea algo esencial para entender la novela, claro, pero me ha quedado con la mosca detrás de la oreja de saber cómo pasó, qué participación tuvieron en ella Judith y Krieger, qué pudieron hacer para evitarlo. Es el problema de empezar las sagas por cualquier novela que no sea la primera. Imaginaos las novelas de Kurt Wallander (de Henning Mankell) o las de Camilla Läckberg; cuando los personajes son los mismos y se les da mucha importancia a sus pensamientos y sentimientos, a su vida privada en general, vamos a enterarnos de la historia aunque no leamos las novelas por orden cronológico, eso está claro, pero nunca será lo mismo. Lo ideal es empezar por la primera, que nos presentará los personajes, y luego podremos ir viendo su evolución... Pero, en este caso, no es posible: no es que yo haya empezado por la tercera novela sin conocer que había otras dos anteriores, equivocadamente; es que en España únicamente se ha publicado esta primera novela. No sé si, en caso de tener éxito, se publicarán posteriormente las dos primeras; o si lo han hecho porque la tercera es la mejor, o la que mejor se vendió en su país... No sé, el caso es que nos obligan a no leer la serie en orden. Ya digo que no es que importe mucho, porque la novela se puede disfrutar igual de esta forma, pero resulta un poco raro.

Centrándome ya en la novela. Tiene similitudes con las novelas nórdicas que tan de moda se han puesto en los últimos años y que tantas satisfacciones me han dado. Pero no está a la altura. O, al menos, no la he disfrutado tanto como lo he hecho con las novelas de Larsson, Indridasson, Mankell... Os intentaré transmitir por qué.

En primer lugar, en la novela se contienen, en realidad, dos historias, dos investigaciones. Ésta es una técnica bastante utilizada por los escritores: dos historias, diferentes, que parecen independientes, pero que al final confluyen en un punto común, dándose cuenta el lector de que la una es imprescindible para conocer la otra. Pero no es el caso que nos ocupa; las historias son independientes totalmente, y no confluyen. Vamos, que se podían haber escrito dos novelas diferentes y no hubiere pasado nada. El problema es que entonces, una de ellas habría quedado muy cortita y supongo que a Gisa Klönne no le apetecía algo que podía ser considerado un simple relato (aunque de escribir relatos policíacos, según su biografía, sabe mucho). La historia principal es la del niño que desaparece. Entremedias, se entremezcla la de la amiga de Judith, también desaparecida. Digamos que es una especie de reto personal para Judith el conocer qué fué de ella, como una forma de hacerse perdonar la indiferencia que mostró hacia ella en la época escolar. Pero no aporta absolutamente nada a la historia principal salvo, si acaso, comprender un poco mejor los sentimientos de Judith. Pero poca cosa es para tantas páginas que ocupa. No puedo calcular cuántas páginas ocupa cada historia: quizás la de Judith unas 100 y el resto la desaparición de Jonny. A mí, desde luego, me hubiese gustado más que la escritora se hubiere centrado en la desaparición del niño y punto. El intercarlar una historia que, al fin y al cabo, poco o nada tiene que ver con la principal, lo único que sirve es para ralentizar ésta y desperdigar la atención del lector.

Por otro lado, se nos vende a Judith como la protagonista principal, la "estrella del departamento" cuando el que hace todo es Manny. Judith anda por ahí un poco alelada, enamorándose del primero que aparece. El principal hándicap para que no me haya acabado de gustar su personaje es precisamente éste: un día conoce a un tío -un piloto de avionetas- se acuesta con él a los cinco minutos, lo repite un par de días y ya nos dice que le quiere. Es lo de siempre: ¿por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo? A ver, me parece muy bien que Judith se acueste con quien le dé la gana, para eso es una mujer libre. Pero para qué nos vienen luego a decir que es que ama a ese tío al que conoció hace dos días (literalmente, no en sentido figurado). ¿Es que, hay que justificar un comportamiento descocado con el amor? De veras que si la escritora no fuera escritora sino escritor, tacharía su comportamiento de machista.
Una de las cosas que más me han llegado del libro es el tema del acoso infantil en los colegios, que se toca. Es algo que, sinceramente, me ha horrorizado profundamente desde siempre. Cómo unos chicos, niños aún, pueden hacer la vida imposible a otro sólo porque es diferente: más gordo, con gafas, más feo, tartamudo, más inteligente, más tímido... Imposible hasta, en ocasiones, empujarle al suicidio. Desgraciadamente, hay muchos casos así, no es infrecuente verlos en los telediarios. A mí me revuelven las tripas. Pues bien, la escritora ha sabido transmitirnos la angustia del niño acosado, me lo he imaginado a la perfección, casi hasta sufrirlo en mis carnes. Siempre he dicho que me gustan los libros que provocan reacciones, sentimientos, sensaciones...; pues éste lo ha hecho; no son sensaciones agradables, pero me ha servido para implicarme más en la historia. No creáis que con ésto os he revelado el meollo de la historia, os he explicado el porqué de la desaparición del niño. No me gusta revelar aspectos esenciales de una novela para no desvelar sorpresas y tampoco lo he hecho en esta ocasión.

El estilo de la novela es fácil de leer. No facilísimo, no es una novela "page-turner" (de ésas que pasas hojas y hojas sin darte cuenta, sin esfuerzo), pero no tiene mayores complicaciones. La lectura es amena y las descripciones aparecen entreveradas de diálogos, aunque predominan las primeras

Conclusión

Sí recomiendo la novela. La he leído a gusto y en ningún momento me han dado ganas de dejarla a medias. La historia es interesante y estaba deseando saber qué había pasado con el chico desaparecido. Pero no me ha encantado. De este tipo hay novelas muchísimo mejores. Mejor escritas, como las de Henning Mankell, o Arnaldur Indridasson. Más "atrapantes" como las de Camilla Läckberg.

Ésta es, simplemente, otra opción. En mi opinión peor que otras, pero, aún así, interesante. Os dejo a vosotros la decisión.

Valoración: 6,5/10

Un saludo.

3 comentarios:

  1. No conocía el término "page-turner". Justo hoy leía una opinión en la que alguien apuntaba que Raymond Chandler o Dashiell Hammet contaban más en 100 páginas que los escritores actuales de novela negra en 800.
    Por otra parte, lo de traer como primer libro el tercero es... En fin, ya sé que la literatura también es un negocio, pero es una chapuza que demuestra muy poco amor al arte.

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  2. Tienes toda la razón, Fernando. Es una chapuza, y más cuando, encima, lo que por lo visto pasó en la segunda novela es tan importante para entender los sentimientos de la protagonista en la tercera. Pero, en fin, cosas de editoriales.
    Respecto a los clásicos, tipo Chandler y Hammet, la verdad es que los tengo un poco olvidados y debería ponerme con ellos. Pero sí que es verdad que no hay que hacer un tocho de novela para que sea larga. Esta misma, si la hubiese resumido un poco quitando lo de Charlotte, hubiese sido una novela de 250 páginas la mar de entretenida. Un saludo

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  3. Saludos desde Elemental, querido blog. Acabo de comentar la novela. No me ha gustado.
    Enhorabuena por tu blog. Te agrego en mis favoritos.

    Saludos

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